lunes, 1 de marzo de 2010

Seis años antes del bicentenario

La rica historia de nuestro país se encuentra muchas veces plagada de errores conceptuales que, si bien pueden advertirse con facilidad, nunca se llegó a un final feliz a su respecto.

Lo cierto es que uno de esos severos errores se encuentra constituido por el hecho de considerar al 2010 como el año del bicentenario argentino, cuando la realidad indica, sin restar importancia a los grandes revolucionarios de mayo, que el bicentenario argentino debería celebrarse el 9 de julio de 2016, cuando se cumplan 200 años de la independencia argentina.

Cabe recordar que la gloriosa semana de mayo de 1810 concluyó con una Junta de Gobierno que se proclamó representante de Fernando VII y de la Junta de Cádiz. En aquél entonces el reino de España había caído en manos de Napoleón, quien coronó a su hermano José como Rey de España y encerró a Fernando VII en la ciudad de Bayona, de la vecina Francia.

Largo fue el camino que nuestra Patria debió recorrer hasta llegar a la independencia, la que fue declarada el 9 de julio de 1816, seis años después del primer “gobierno patrio”, habiendo quedado consolidada parcialmente recién en el año 1853 con el dictado de la Constitución Nacional y finalmente en 1860 con la incorporación de la Provincia de Buenos Aires.

Desde entonces, nuestro país se encuentra en guerra consigo mismo. Nunca hemos sido capaces de superar nuestras diferencias. Tanto el interior profundo como el porteño de barrio muchas veces equivocan la concepción que tienen unos de otros.

Son tan pocas las cosas que debemos cambiar para que el verdadero cambio acontezca. Podemos empezar por mirarnos como iguales y tratar por fin de iniciar una pacífica convivencia en nuestras tierras.

Entonces, por qué seis años antes de nuestro bicentenario como Nación, no comenzamos a trabajar para que las cosas funcionen. Para reducir el hambre solo tenemos que volver a sembrar nuestras tierras. Para acabar con la pobreza debemos salir a las calles y dar una mano. Para tener una salud y una educación de excelencia debemos pagar nuestros impuestos y exigir a nuestros gobernantes que nos rindan cuentas por su administración y no que ellos vengan a buscarnos a nosotros.

Exigir a quienes nos gobiernan seriedad e idoneidad, es la única forma de poder salir adelante, de poder alcanzar el bicentenario con la frente bien alta, como el próspero país que supimos ser.

Acaso no fue un argentino el que una vez dijo que “…todos los incurables tienen cura cinco segundos antes de su muerte”. Nosotros tenemos 6 años todavía para salir de este letargo y tratar alcanzar la tan ansiada unión nacional proclamada por el Preámbulo de nuestra Constitución y de esta manera rendirle un verdadero homenaje a la Patria en el año de su bicentenario.

4 comentarios:

  1. Encima cantar el Feliz cumpleaños antes de tiempo trae mala suerte. Se podrán ver los festejos... seguraente no ahorrarán, una vez más, los discursos sobre los aciertos de los K.

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  2. No había reparado en lo de la mala suerte. Muy buena acotación!!!

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  3. Solo esto nos faltaba. La MUFA K

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  4. Fede me encanto el artìculo, muy sabias las acotaciones!!! Muy bueno gordo! Te admiro mucho como hermana y como lectora.

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